28 de febrero (2)
Tarde esperada
Eran las 14:00h y ya estábamos preparados para salir a dar una vuelta y picar alguna cosa por Madrid. Salimos de la habitación, no sin antes recorrer nuestros cuerpos con nuestras manos, mientras torpemente nos íbamos vistiendo. Hacía un sol divino, que invitaba a pasear…..y eso hicimos. Desde la salida del hotel, nuestras manos se juntaron para no separarse. Cada parada para ver algo, o simplemente un paso de peatones, era el momento esperado para mirarnos, sonreír y besarnos. Una cafetería, una terraza, cualquier lugar daba igual para regalarnos esas sonrisas y esos besos que llevábamos tanto tiempo deseando darnos. Comer? Poca cosa….creo que los dos estábamos deseando volver al hotel. Tras las respectivas llamadas a nuestras familias…..”todo bien….mucho trabajo…..voy a comer….” Regresamos a la habitación. Inconscientemente nuestro regreso fue más rápido, aunque hay que decir que tampoco nos alejamos mucho.
Es ascensor fue el preámbulo de lo deseábamos a llegar a nuestra cama, porque sí, era nuestra cama. Sin esperar un segundo, tras cerrarse la puerta, comenzamos a comernos a besos, a descubrir rincones de nuestro cuerpo que desconocíamos, con nuestras manos. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos desnudos contemplando nuestros cuerpos, con mirada de morbo, lujuria, pero sobre todo, deseo….mucho deseo.
Sentir sus pezones con mi lengua hacía que todo mi cuerpo se estremeciera. Meter los dedos en su coño era como si una corriente de electricidad recorriera su cuerpo acompañado de esos gemidos y jadeos que a mí me vuelven loco. Estuvimos un buen rato, besándonos, acariciándonos, disfrutando el uno del otro, como tantas y tantas veces habíamos soñado.
Entonces llamó él, para saber cómo estaba, como iban las cosas con su amiga, y cosas intrascendentes que lo que hacían es dar más realismo a nuestra cuartada, la que fabricamos para este encuentro furtivo. Tras colgar, seguimos besándonos como si no hubiera pasado nada. Ya lo habíamos hablado….debíamos mantener una historia creíble y que no pusiera en peligro nuestros encuentros, nuestros deseos, nuestra pasión, y por qué no decirlo, el morbo que sentíamos por esta situación. Ahora era yo el que debía llamar, dar novedades, y lo más importante, mantener mi historia para tener toda la tarde libre de interrupciones. Todo transcurría con normalidad, hasta que llegó el momento de terminar la conversación y despedirme. La situación, ella tumbada en la cama boca arriba, desnuda, dejándome ver sus hermosos pechos mientras yo, desnudo, de rodillas en la cama, seguía hablando por teléfono. Era excitante la situación. De pronto cogió mi polla y se la metió en la boca. Yo me quedé asombrado, aún estaba hablando por teléfono, y lo que menos necesitaba en esa situación es que se me escapase un gemido de placer y de gusto…..que es lo que quería hacer en ese momento. Jamás, y recalco, jamás, una mujer me ha comido la polla como esta mujer. Es una sensación que no había sentido nunca. Era como si toda la pasión, todo el deseo estuviese encaminado sólo para darme placer a mí, aunque su mirada mientras me la chupaba, me decía que también estaba disfrutando gratamente. Fueron unos minutos intensos, excitantes, morbosos, interminables y deliciosos. Por fin colgué la llamada y la miré. Tenía la cara más traviesa que había visto nunca en ella. Siguió dando buena cuenta a mi polla, que cada vez se ponía más y más grande. La deseaba tanto que si dudarlo comencé a comerle el coño tan delicioso que tiene. Es grande, jugoso, suave, totalmente depilado, carnoso, húmedo, pero lo que me tiene loco es su sabor…..me fascina el sabor de su coño. Mientras saboreaba esas mieles….no dejaba de gemir y hasta gritar como una desesperada……joder como me excitan esos gritos, esos jadeos….. Yo seguía disfrutando como nunca lo había hecho hasta que de pronto ya sentía que me iba a correr sin remedio….. “me voy a correr….me voy a correr…” y ella, tras un dulce chupetón, colocó mi polla en sus tetas para que toda mi leche recorriera libremente sus pechos. Ufffffffffff delicioso………… Sólo con nuestras miradas, todo valió la pena. Bajo esas sábanas pasé la siesta más deliciosa que había pasado nunca. Cuando nos despertemos, después de un beso, saldremos a pasear por Madrid. ¿Quieres ir a Primark? Me dijo….. Y mirándole a los ojos, le dije, “contigo, dónde quieras….”.
Eran las 14:00h y ya estábamos preparados para salir a dar una vuelta y picar alguna cosa por Madrid. Salimos de la habitación, no sin antes recorrer nuestros cuerpos con nuestras manos, mientras torpemente nos íbamos vistiendo. Hacía un sol divino, que invitaba a pasear…..y eso hicimos. Desde la salida del hotel, nuestras manos se juntaron para no separarse. Cada parada para ver algo, o simplemente un paso de peatones, era el momento esperado para mirarnos, sonreír y besarnos. Una cafetería, una terraza, cualquier lugar daba igual para regalarnos esas sonrisas y esos besos que llevábamos tanto tiempo deseando darnos. Comer? Poca cosa….creo que los dos estábamos deseando volver al hotel. Tras las respectivas llamadas a nuestras familias…..”todo bien….mucho trabajo…..voy a comer….” Regresamos a la habitación. Inconscientemente nuestro regreso fue más rápido, aunque hay que decir que tampoco nos alejamos mucho.
Es ascensor fue el preámbulo de lo deseábamos a llegar a nuestra cama, porque sí, era nuestra cama. Sin esperar un segundo, tras cerrarse la puerta, comenzamos a comernos a besos, a descubrir rincones de nuestro cuerpo que desconocíamos, con nuestras manos. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos desnudos contemplando nuestros cuerpos, con mirada de morbo, lujuria, pero sobre todo, deseo….mucho deseo.
Sentir sus pezones con mi lengua hacía que todo mi cuerpo se estremeciera. Meter los dedos en su coño era como si una corriente de electricidad recorriera su cuerpo acompañado de esos gemidos y jadeos que a mí me vuelven loco. Estuvimos un buen rato, besándonos, acariciándonos, disfrutando el uno del otro, como tantas y tantas veces habíamos soñado.
Entonces llamó él, para saber cómo estaba, como iban las cosas con su amiga, y cosas intrascendentes que lo que hacían es dar más realismo a nuestra cuartada, la que fabricamos para este encuentro furtivo. Tras colgar, seguimos besándonos como si no hubiera pasado nada. Ya lo habíamos hablado….debíamos mantener una historia creíble y que no pusiera en peligro nuestros encuentros, nuestros deseos, nuestra pasión, y por qué no decirlo, el morbo que sentíamos por esta situación. Ahora era yo el que debía llamar, dar novedades, y lo más importante, mantener mi historia para tener toda la tarde libre de interrupciones. Todo transcurría con normalidad, hasta que llegó el momento de terminar la conversación y despedirme. La situación, ella tumbada en la cama boca arriba, desnuda, dejándome ver sus hermosos pechos mientras yo, desnudo, de rodillas en la cama, seguía hablando por teléfono. Era excitante la situación. De pronto cogió mi polla y se la metió en la boca. Yo me quedé asombrado, aún estaba hablando por teléfono, y lo que menos necesitaba en esa situación es que se me escapase un gemido de placer y de gusto…..que es lo que quería hacer en ese momento. Jamás, y recalco, jamás, una mujer me ha comido la polla como esta mujer. Es una sensación que no había sentido nunca. Era como si toda la pasión, todo el deseo estuviese encaminado sólo para darme placer a mí, aunque su mirada mientras me la chupaba, me decía que también estaba disfrutando gratamente. Fueron unos minutos intensos, excitantes, morbosos, interminables y deliciosos. Por fin colgué la llamada y la miré. Tenía la cara más traviesa que había visto nunca en ella. Siguió dando buena cuenta a mi polla, que cada vez se ponía más y más grande. La deseaba tanto que si dudarlo comencé a comerle el coño tan delicioso que tiene. Es grande, jugoso, suave, totalmente depilado, carnoso, húmedo, pero lo que me tiene loco es su sabor…..me fascina el sabor de su coño. Mientras saboreaba esas mieles….no dejaba de gemir y hasta gritar como una desesperada……joder como me excitan esos gritos, esos jadeos….. Yo seguía disfrutando como nunca lo había hecho hasta que de pronto ya sentía que me iba a correr sin remedio….. “me voy a correr….me voy a correr…” y ella, tras un dulce chupetón, colocó mi polla en sus tetas para que toda mi leche recorriera libremente sus pechos. Ufffffffffff delicioso………… Sólo con nuestras miradas, todo valió la pena. Bajo esas sábanas pasé la siesta más deliciosa que había pasado nunca. Cuando nos despertemos, después de un beso, saldremos a pasear por Madrid. ¿Quieres ir a Primark? Me dijo….. Y mirándole a los ojos, le dije, “contigo, dónde quieras….”.
4 年 前