Al super con el tanga
El sábado estaba muy caliente, decidí cogerle un tanga a mi mujer e ir con el puesto a hacer la compra al super. Notar el roce del pantalón en mis nalgas y sobretodo el hilo metiéndose constantemente en mi culo, junto a pensamientos de lo más cerdo fue ya un placer en el viaje en coche.
Una vez allí la cosa no hizo sino mejorar. Especialmente en la pescadería, me atendió como siempre Juan, un hombre fuerte, de unos treinta y cinco años, educado y servicial además de un excelente pescadero... cada pregunta que me hacía me generaba una mayor erección:
-¿Te limpio la cabeza? (uf, la cabeza y el resto del cipote, por favor)
-¿Te pongo unas almejas? (no, hoy no quiero almejas, tonto)
No podía dejar de imaginármelo desnudo, con el delantal y la botas katiuskas limpiándome el salmón con esa sonrisa...
Y el tanga metiéndose por la raja del culo...
Creo que repetiré la experiencia.
Una vez allí la cosa no hizo sino mejorar. Especialmente en la pescadería, me atendió como siempre Juan, un hombre fuerte, de unos treinta y cinco años, educado y servicial además de un excelente pescadero... cada pregunta que me hacía me generaba una mayor erección:
-¿Te limpio la cabeza? (uf, la cabeza y el resto del cipote, por favor)
-¿Te pongo unas almejas? (no, hoy no quiero almejas, tonto)
No podía dejar de imaginármelo desnudo, con el delantal y la botas katiuskas limpiándome el salmón con esa sonrisa...
Y el tanga metiéndose por la raja del culo...
Creo que repetiré la experiencia.
6 年 前