Maria, mi ex. Parte 2

Aparcamos en el motel que hay saliendo de Santiago. En Teo, creo que se llama el lugar. Vi como se levantaba y como su culo se mostraba. Redondo, dejando las bragas en la alfombrilla del coche.
Mientras subíamos, me pegue a ella hasta rodearla con mis brazos. así subimos mientras mis manos se perdían entre sus tetas y su coño.
Al llegar a la cama, la deje caer de tal manera que se quedo culo en pompa. Ella intento girarse, pero la conduje a no hacerlo. Mis manos empezaron a subirle la falda hasta dejar sus glúteos libres de tela. Blancos y con la línea del bikini. Mis manos no se dejaron un centímetro sin recorrer. Con suavidad le separe los glúteos para que pudiera acceder a sus coño y a su ano, los cuales ya se les veían mojados del polvo anterior.
Allí me perdí, lamiendo primero su coño, para después pasar a su ano y volver a su coño. Incluso juraría que la note temblar en ciertas ocasiones, hasta que ella muy decidida, se aparto de mi.
Lo siguiente fue un regalo de verla desvestirse, dejando su figura sin nada para mi disfrute y goce, traducción, mientras me la meneaba viéndola. Con una facilidad pasmosa se puso a cuatro patas dejándome su culo en pompa.
-Decídete por donde quieres empezar- me dijo al mismo tiempo que ella separaba sus glúteos mostrándome su coño y su ano para mi.
Con tropiezos debidos a las ganas conseguí agarrarla y meterle mi polla por su coño, soy un clásico para esto.
Me pegue a ella para agarrarla las tetas y vernos en el espejo lateral. la imagen era brutal. Después del momento melancólico me volví a incorporar y agarrándola por el pelo empecé a darle cada vez mas fuerte.
Mientras le empezaba a meter caña vi como cogía el móvil y empezaba a sacar un video.
-Para las pajas- me dijo. Me encantaba que María fueses tan guarra. Follando era un vicio dejarse llevar con ella.
De repente ella se aparto. rápida, se giro y me tumbo, puso su coño encima mío y mientras le agarraba el culo y le comía el coño vi como ella se pellizcaba sus pezones.
Luego, después de un tiempo, se tumbo a mi lado con las piernas abiertas invitándome a follarla más clásicamente.
Me puse encima de ella, mientras mi polla entraba como un cuchillo caliente en la mantequilla, fue muy placentero notas su humedad en mi polla.
La abrace mientas empujaba con la cadera, notando nuestros alientos a centímetros, mientras sus manos recorrían mi espalada y mi culo. En un momento dado, una de sus manos se fue a mi cabeza y me obligo a besarla. En ese momento ella se estremecio y acabo su beso con un pequeño mordisco.
- Me corri- me dijo con sus sonrisa enorme.
Ella en ese momento, empezó a mover su cadera con un ritmo continuo hasta que de golpe me corri mirándole a la cara.