Estela, la madre de mi amiga...

Estaba caminando por la calle, cuando me crucé con Estela, la madre de Camila, una de mis compañeras de la secundaria.
Estela me reconoció y entonces me puse a conversar con ella. Charlamos de todo un poco mientras caminábamos, cuando de repente me espetó sin anestesia, si yo era la pareja de su hija.
Le dije que a mí me interesaban tanto los hombres como las mujeres; pero le aseguré que Camila era heterosexual y jamás a ninguna de las dos se nos había ocurrido intentar algo...
Me preguntó entonces si yo tenía alguna novia en ese momento y mi respuesta negativa pareció aliviarla un poco.
De repente Estela dijo que se encontraba algo mareada; entonces me ofrecí para acompañarla hasta su casa.
Al llegar me ofreció pasar a tomar unos mates y por supuesto acepté, ya que no tenía apuro en regresar a mi casa.
Mientras tomábamos esos mates, ambas nos pusimos a arreglar las plantas del jardín. Luego fui a la cocina a lavarme las manos y Estela entró detrás de mí, muy sigilosamente…
De repente me sobresalté un poco, al notar que ella estaba parada a mis espaldas, bastante cerca; hasta sentía su calor corporal.
Entonces Estela se acercó todavía más y apoyó sus tetas sobre mi espalda. A través de mi liviana musculosa, pude notar que sus pezones estaban bien erectos… Me quedé muy quieta, disfrutando esa sensación contra mi cuerpo.

Entonces noté que ella acercaba su cara a mi nuca y comenzaba a aspirar mi aroma.
Sus pezones se apoyaron todavía más contra mi espalda.
Me advirtió que no me moviera, susurrando con mucha suavidad. Yo estaba inmóvil, sin saber qué hacer, no me lo esperaba...
Las manos de Estela comenzaron a descender suavemente por mi cintura, hasta llegar a mis nalgas cubiertas por una diminuta minifalda y una más diminuta aún tanga de algodón.
De pronto sentí una descarga en mi interior y mi tanga se humedeció por completo. Estela me estrujó los glúteos y eso me provocó un ligero estremecimiento.
Me agarró del pelo, haciéndome girar la cabeza para un lado y comenzó a morder mis labios, mientras su lengua recorría mi cara.
Comencé a jadear por la excitación, empezado a responder a sus besos y a su sedosa lengua, que no paraba de lamerme.
Me giró de frente a ella y entonces su pelvis empezó a golpear contra la mía. Volvió a girarme y sus golpes pélvicos comenzaron a excitarme, terminando de humedecer mi tanga.
Empujé mi culo hacia atrás, arqueando mi espalda, para que Estela pudiera golpearme mejor. Me daba la sensación de estar siendo embestida por un macho bien violento, a puro golpe de pija.
Una de sus manos por fin se metió bajo mi tanga y enseguida sus dedos traviesos abrieron mis labios vaginales totalmente empapados. Estela ya me estaba haciendo calentar mal…
Cerré mis ojos y comencé a disfrutar de la violencia de ese asalto en mi concha. Hacía rato que nadie me cogía y entonces me sentía bastante estrecha.
Estela comenzó a reírse, murmurando a mi oído que mi vagina estaba bien cerrada; pero sus dedos iban a solucionar eso.
Agregó que yo la calentaba mucho y me preguntó si me gustaban sus dedos hundidos a fondo en mi concha. No le pude responder, solamente atiné a jadear con más ganas y empecé a llorar…
Con cada embestida de su pelvis contra mi culo, sus dedos me iban penetrando un poco más, a la vez que ella sentía estimular su propia concha en cada arremetida…
De repente sus dedos dejaron libre mi concha y ella se separó un poco de mi cuerpo. Abrí mis ojos al sentir el sobresalto que me provocó un rápido tirón de su mano, arrancándome la tanga.
Sin darme tiempo a reaccionar, Estela se agachó detrás de mi cuerpo y me pasó la lengua por los labios vaginales. No pude evitar dejar escapar un profundo suspiro, que me provocó más humedad en mi concha…
Intenté debatirme, envuelta en placer, pero Estela me ordenó que me quedara quieta. Me soltó un par de palmadas en mi culo.
Me obligó a separar mis muslos un poco más y zambulló otra vez su sedosa lengua dentro de mi jugosa concha. Sus labios recorrieron mi vulva entera, haciendo que mis rodillas flaquearan a causa del placer que eso me provocaba.
Yo no podía creer que una mujer de su edad pudiera ser capaz de darme tanto placer. Ahora podía entender por qué mi amiga Camila era tan experta chupándome la concha…
Me dejé someter a las órdenes de Estela; bajando la guardia...
Sacó su lengua y la reemplazó con sus dedos, que me dieron otra dosis de placer inusitado. De pronto, casi sin darme cuenta, tuve un orgasmo muy intenso; sin poder expresarlo a los gritos.
Su lengua otra vez volvió a la carga, sin darme tregua.
Mi garganta dejó escapar jadeos y gemidos que me nacían con cada brutal embestida. Sus dedos comenzaron a moverse más rápido, penetrándome más hondo.
Dejé que su lengua me hiciera lo que quisiera, siempre abriéndose paso en el interior de mi cuerpo. Una de sus manos se clavó en mi glúteo y acercó más mi concha a su boca…
Lentamente, dejé que mis manos bajaran despacio para agarrar los pelos de Estela. Atraje su cabeza, apretándola contra mi concha abierta. Entonces su lengua me regaló otra brutal acabada.
Le bañé la cara con mis jugos y luego mis piernas me fallaron, haciéndome caer de rodillas al piso, totalmente vencida; entregada

Quedé exhausta, tendida boca arriba en el piso. Estela se puso a horcajadas sobre mí, sentándose sobre mi cara. Comencé a chuparla.... le mordisqueaba los labios vaginales y le rozaba el clítoris con mis labios rojos, mientras los paleteaba con la lengua...
Entonces, con una mano, froté mis labios vaginales y zambullí mis dedos bien a fondo, sacándolos lubricados con mis propios flujos…

Le metí a Estela uno de esos dedos lubricados en su estrecho ano y ella se sobresaltó por esa inesperada intrusión. Pero luego comenzó a balancearse, pidiéndome que le metiera el dedo más profundo.
De pronto sentí que las piernas de Estela se contraían y ella comenzaba a jadear y a respirar con cierta agitación.
Entonces comencé a tragar sus flujos, que me dejaron muy loca…
Estela se puso de pie y me hizo levantar mientras me sujetaba por los pelos. Me dijo que me iba a dar la mejor cogida de mi vida y para ello zambulló uno de sus dedos hasta el fondo de mi ano. Así me llevó a empujones hasta su habitación.
Yo me sentía muy excitada; a punto de tener otro nuevo orgasmo.
Cuando ya me tenía en cuatro sobre su cama y sus dedos bien metidos hasta el fondo de mi concha, ambas oímos el ruido de un motor en la calle. Era Camila…
Rápidamente nos vestimos y salimos del dormitorio para recibirla.
Camila pareció sorprendida de verme en su casa a esas horas; pero más se sorprendió de encontrar a su madre con la cara ruborizada, el pelo revuelto y las rodillas temblando.
Nos miró a ambas de pies a cabeza; sonrió y dijo simplemente que su madre y yo teníamos cara de “yeguas mal cogidas…”
发布者 malebens
3 年 前
评论
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HowieFeltersnatch69
Another good story for us readers to get off to. TY again and keep em cumming ?. (The stories that is)
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